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lunes, 17 de mayo de 2021

Determinación Social de la Salud en tiempos de Pandemia

 Determinación Social de la Salud en tiempos de Pandemia


La Determinante Social de la Salud del pueblo venezolano se sustenta en una condición de ausencia y acceso a los sistemas de salud en condiciones de igualdad. La revisión de está Determinante va asociada a pobreza, igualdad, ambiente y como un todo el hecho social determina la salud no como un hecho aislado si no como un todo que confluye.

En Venezuela en tiempos de Pandemia los sistemas de salud han sido sometidos a grandes presiones, dónde el voluntarismo y profesionalismo ha dado la cara por parte del personal de salud que lo ha enfrentado en primera línea y dónde el gobierno ha hecho esfuerzos de gran envergadura, para asumir la situación, pero ha olvidado que la salud depende también de las condiciones y contextualizados dónde el individuo y colectivos se debaten entre salud y resolver la cotidianidad. 

En esos momentos hay que revisar como el pueblo venezolano, ha tratado de resolver simultáneamente la situación de otras enfermedades, como hacer y resolver; al parecer todo los esfuerzos están dedicados a la pandemia, sin resolución de otras enfermedades que igual deterioran al individuo y no se tiene respuesta para subsanar su avance.

Para ello he de referir los sistemas oncológicos y de enfermedades de manejo rutinario, dónde los diagnósticos histopatológicos están siendo derivados a la medicina privada, donde los costos hacen imposible su realización; devolviendonos a la otrora cuarta República dónde de cada 10 venezolanos 8 quedaban sin diagnóstico oportuno o no lograban hacer simplemente sus estudios. 

Por ello es vital revisar detenidamente como se diversifican los esfuerzos, para no desatender la Salud del pueblo y buscar así un constructo que promueva una Salud en ámbitos de pandemia y que atienda oportunamente tal situación.

Los sistemas de alimentación y recursos financieros de los individuos han sido sometidos a cambios brutales producto de el bloqueo de recursos a nivel internacional, por parte de potencias extranjeras y la escasez  de recursos tanto médicos como farmacéuticos; a ello debemos sumar que producto de la Pandemia y de la metodología del 7x7 como método de implementación para el control de exposición al virus COVID-19;  los sistemas hospitalarios, de consultas de rutina, productivos dentro de la economía formal e informal han decrecido; mermado la actividad y haciendo de la atención médica y los productos de la cesta básica sean considerados bienes de lujo, dónde  el venezolano se debata entre adquirir cosas necesarias, exámenes diagnósticos y priorice las mismas.

También se  debe exponer como las condiciones sociales y económicas en una distribución desigual afecta al venezolano en forma diferente, dependiendo de la necesidad diagnóstica haciendo que  el acceso a bienes y servicios que son de carácter primordial para el desarrollo de la cotidianidad de los venezolanos dónde la luz, agua, gas, dinero en efectivo y la atención de otras enfermedades ha quedado en segundo término.

La condición de Pandemia a desatado dentro de nuestro Estado-Nación, una visualización y distribución desigual del acceso a medicinas, comida, servicios básicos y economía que deriva necesariamente en la estimación y catalogación de la Salud como un hecho irreal. A pesar de las medidas tomadas desde el Poder Ejecutivo, la realidad se torna muchas veces en situaciones carentes de lógica y se mueven en puntos equidistantes, promoviendo la desigualdad y la falta de atención en varios niveles y sentidos.

Si bien es cierto que son necesarias las medidas adoptadas, para el control pandemico y su carácter prioritario muchos venezolanos que son afectados por otras enfermedades se han visto obligados a recurrir a la medicina privada o simplemente resolver desde la visión tradicional ancestral; en virtud del abandono de consultas que requieren un control permanente y dónde avances como la tele-medicina, que en otros países ha dado respuesta en Venezuela se ha dejado de lado tan avance; dejando a su suerte a muchos venezolanos que al acudir a un centro de salud sin informados que son Hospitales Centinelas y dónde situaciones de operaciones y programación de actos quirúrgicos, han disminuidos a su mínima expresión. La voluntad de atender a los pacientes ha disminuido a razón de proferir al COVID-19, como una enfermedad que sustrae todos los recursos y esfuerzos. 

Referir la situación de diagnósticos de Biopsias, Citologías, Cito-química y Morfología para diagnósticos de los diversos tipos de Cáncer, ha sido detenida en su totalidad y no se tiene referentes de la morbilidad que tal vez esto esté afectando a nivel público y a la población con menos o ningún recurso económico para enfrentarla desde la visión de la medicina privada y que se ven en la necesidad de posponer u olvidar la patología que los aqueja dada la incapacidad del Estado de solventar la desgracia del bloqueo económico, que da directamente con el desenvolvimiento eficiente de situaciones tan delicadas.

Por un lado el gobierno estimula la salvaguarda de la población, pero la realidad obliga al individuo a exponerse a condicionantes que atentan directamente al entramado de salud. La sistematización de las variables sociales dentro de la realidad de salud convienen en la medida de determinar cómo influye y denota el devenir de los individuos y colectivos dentro de la salud y su repercusión dentro del sistema ambiental o contextualidad dónde se desarrolla la e influencia territorial del venezolano. 

El producto de la desigualdad económica da acceso a un grupo a bienes y servicios que son preponderantes para el desarrollo del individuo auspiciando una mejor calidad de vida y por ende una salud desde todos los puntos de vista, mientras que la pobreza y carencia de recursos propicia una brecha ineludible para tal fin haciendo de estos reservorio y caldo de cultivo para que la salud desde el punto de vista más amplio sea muy precaria. 

Desde la estructura de la salud actual nuestro Estado a pesar de hacer gran alarde de disposición para brindar una salud plena al pueblo, continua discriminandolo, a tal punto de olvidarse de que la salud no solo es la acción de la inmediatez contra un mal como el COVID-19, si no que también existen otras enfermedades que pudiesen convertirse en situaciones o manejables desde la visión de totalidad.

Los sistemas de pruebas, formación de profesionales en áreas vitales ha sido desatendida, catapultando una brecha de desigualdad también en el ataque de patologías que solo requieren enfocar los esfuerzos y conseguir recursos como se ha realizado con la pandemia y los requerimientos para su manejo.

Sin duda mucho se puede decir con respecto a un tema como este y mucha tela sería cortada incluyendo la corresponsabilidad de los consejos comunales, ASIC y las estructuras revolucionarias, que mucho tienen que ver en dar respuesta a tales pedidos, pero la idea es proponer desde una visión crítica que promueva el desarrollo del nudo enfrentado y dónde primeramente debemos indicar que el sistema de diagnósticos Cito-histopatológicos y su conjunto debe ser sometido a una re-estructuración y una revisión profunda de su importancia tanto a nivel técnico desde la visión diagnóstica, como desde su nivel de formación instruccional, para adecuarla finalmente a los tiempos modernos y así lograr dar respuesta a la población que solicita tales servicios de salud.

Tomando en cuenta que son los diagnósticos de patologías catalogadas como catastróficas  dónde la pobreza y carencia de recursos e insumos deterioran diametralmente la salud haciendo imposible atacar de primera mano y en la oportunidad requerida un mal tan terrible como el Cáncer, que no solo deteriora la salud física y mental de quien la detenta, si no también del núcleo familiar y la comunidad que alberga a tal individuo, propiciando esfuerzos colectivos muy necesarios para su comprensión y aceptación diagnóstica y posteriormente  de tratamiento. También es importante tomar en cuenta que la formación del personal profesional a nivel médico y profesional del área no debe ser descuidada porque el histórico de tales profesiones ha ido decayendo a niveles de casi ausencia de personal en el sector público.

Es imposible dejar de lado el bloqueo económico y la necesidad de hacer una búsqueda de resoluciones nacionales que promuevan el desarrollo de equipos de alta tecnología y de insumos de carácter nacional que eviten la dependencia y coloquen al pueblo venezolano en minusvalía frente a la carencia de reactivos e insumos básicos que redunda en la atención y diagnóstico que finalmente producirá un efecto de consolidación de la atención general y colectiva de este servicio tan necesario.

Son los ASIC y los grupos territoriales los llamados a velar por el desarrollo eficiente de una atención necesaria e importante para un grupo poblacional que independientemente del COVID-19 están enfermos y requieren que su condición social y estatus económico no sean una piedra de tranca para su asimilación por los centros de salud y los laboratorios pertinentes que mantienen este sistema diagnóstico.

Como referencia adicional y propuesta se debe crear una mesa que evalúe el impacto que propicia la detención de los sistemas diagnósticos para así evaluar cuánto tiempo se requerirá y los recursos necesarios para enfrentar y elevar la capacidad resolutiva del Estado Venezolano en materia diagnóstica en el área y revisar la importancia que requiere ser dada a patologías adicionales y enfermedades que aún son de gran importancia y que lejos de ser parte de la inmediatez conforman deudas históricas del Estado con la salud del pueblo venezolano.

Emilio Suniaga

CI: 10375277


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